jueves, 3 de diciembre de 2009

'La novena puerta', el peor Polanski




Cinco años después de la estimable ‘La muerte y la doncella’ regresaba Polanski, y lo hacía, sorprendentemente, con la adaptación de una novela de Arturo Pérez-Reverte, ‘El club Dumas’, quizá la más ingeniosa y divertida de todas las suyas, la menos autocomplaciente y tediosa. Sin embargo, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que es el peor Polanski que se ha visto en una pantalla de cine. Y no es por echar leña al fuego, o sí (lo reconozco), pero me estoy percatando de que todas las adaptaciones de las novelas de Reverte dan lugar a películas flojísimas, aunque como en el caso que nos ocupa estén dirigidas por artistas de renombre mundial. Seguro que es casualidad. No exageremos.

‘La novena puerta’ (estrenada en el, para algunos, satánico año 1999) era también el regreso de Polanski al fantástico realista, esa variante del realismo mágico que él inventó, o que por lo menos perfeccionó como nadie. Desgraciadamente, el cineasta se encontraba en muy baja forma, tanto en la escritura del guión, como en la puesta en escena del mismo, aguando su estilo hasta extremos inconcebibles, con una planificación muy extraña y a ratos impropia de él, con un tono que va alternando, sin orden ni concierto, lo burlesco con lo satánico con lo culto con gótico. No todo lo que se puede hacer en una novela se puede luego hacer en una película.

No voy a compararla con la novela, pero hablar de ella es inevitable. En el original revertiano, el protagonista Lucas Corso (aquí Dean Corso, por eso del mercado internacional), se veía envuelto en una peligrosa aventura cuando le ofrecían un encargo doble: autentificar un manuscrito de Dumas y un misterioso volumen cuyo autor fue quemado en la hoguera por satánico. Poco a poco ambos encargos se van entrelazando, hasta provocar en Corso la sensación de que dos libros tan dispares como ‘Los tres mosqueteros’ y ‘Las nueve puertas’ tienen conexión. En la película, Polanski, su guionista habitual en estos tiempos (antes de la llegada de Ronald Harwood) John Brownjohn, y con la colaboración de Enrique Urbizu (que había adaptado y dirigido con éxito ‘Cachito’, sobre otro original revertiano, mejorándolo muchísimo), le hacen una buena limpia, como se suele decir, a esta novela.

1 comentario:

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